martes, febrero 20, 2007

El Juego Del Control
Querido Señor,
¿no quiere hundir
sus nudillos en mi pecho?.
Querido Señor,
¿por qué no coloca
sus dedos en mi mente
y acomoda mis pensamientos?.
Querido Señor,
¿cuándo dejará
que mi sangre
no siga sus rosales tiniendo?.
Querido Señor,
¿qué hará
cuando sus fieras
de mí no coman más?.
Querido Señor,
donde no cierra los ojos,
¿hay oscuridad?.
Querido Señor,
¿qué hará cuando su Dios
venga hacia acá?.
Querido Señor,
¿qué pasará
cuando el juego de asesinos
termine al final?.
Querido Señor,
mi respeto enferma
al no conocerlo.
Sus alas sueltan las plumas
que ésta vez,
sólo dejarán vencerlo.

Querido Señor,
es la hora de perder.