Segundo Eterno
El tiempo no es, sino,
el espacio entre los recuerdos.
Yo lo detuve, pero el reloj malvado no me quiso ayudar. Siguió tejiendo como si nada le importara. El momento decidió continuar en movimiento, por si ésta vez, no podría volver a arrancar. El tiempo, intranquilo por estar quieto, corrió para volver a su lugar. Por fín, luego de tener mi segundo eterno, quedé con menos que con lo que había empezado. Y él se enojó conmigo, por haberlo hecho retrazar...