Sólo en llamas

¿Por qué no te puedo controlar?.

¿Por qué no te puedo manejar

completamente a mi antojo?.

Yo quiero el poder para hacerlo...

¡Dejame, dejame, dejame!.

No voy a cambiar con vos

y ya es muy tarde.

Sólo un sentimiento más

es despreciable así. ¡Sí!.

Permitime moverme lejos,

me quiero escapar con los demás.

¡Dejame, dejame, dejame!.

No soy así, no, como era antes, no.

Detenete, haceme caso.

Vamos, ¡te lo ordeno!.

¡No gires más!.

No puedo sacar las dagas en mi espalda.

No quiero tu ayuda.

¡Dejame, dejame, dejame!.

Quiero morirme en paz.

¿Y si no respiro vida?.

¿Y si no como vida?.

¿Y si no siento vida?.

¿Qué soy?, ¿y qué sos?.

¿Quién te deja manipular?.

Soltame, ¡quiero irme!.

¡Dejame, dejame, dejame!.

Siempre tuve esa duda,

desde que era chico que está...

Animales Muertos

La fiesta de los cuerpos estáticos,

la diversión de los espectros sin sol.

Salón de luces, zona de fuga,

fuera de foco, fuera de mí.

Camino hipnótico, oligofrenia social.

Verde vida, verde paz, verde muerte.

Caras difusas, rostros sin rostro.

Somos los bailarines inanimados de una danza fría.

La tierra de tu cementerio, el abono de tu siervo.

El credo nebuloso, nefasto, incierto,

de los colores fuertes, de los silencios ciertos.

Incansables guardianes de lo desaparecido,

mutaciones de lo que fue la realidad.

Somos animales muertos, que giran y giran, en un mismo lugar.

De verde, vida; de verde, paz; de verde, muerte;

Mi último grito exhalo, mi bocanada final.

Perdimos nuestra gracia, la esteticidad.

El movimiento, tu ambiente, mi ton, tu son.

Nuestro cuerpo cae, como eso que se desintegra,

de donde los otros comen sin cesar.

Deber de vida, deber de paz, deber de muerte.

Ya no quiero más...

Me siento tan mal...