martes, febrero 20, 2007

Conclusiones Personales II
-¿Estás seguro de que querés irte?.
-Nunca estoy seguro de nada, pero sé que no quiero quedarme.
-No llego a comprender tu decisión. Muchos darían lo que fuera por poder tener lo mismo que vos.
-Pero yo prefiero perderlo.
-¿Querés despedirte?.
-No.
-Sigo sin entenderte... - suspiró.
-Yo, a veces, tampoco lo hago.
-¡Borrá esa sonrisa de tu rostro! - dijo fuertemente, enfadada, casi hasta agresiva -¡Sacás lo peor de mi!.
-Irse lentamente, manteniendo el dolor hasta entumecer todos tus músculos. No poder decidir si estar acá o más allá; no querer darse cuenta de que ya estás completamente abandonado por el mundo; eso es lo peor de uno.
-¿Vos creés?- se interrumpió.
Ella se paró derecha y en su cara apareció un pequeño gesto de desconcierto. Algo de duda venía a sus ojos, pero mantenía su mirada frívola.
-Yo estoy visitando personas constantemente, no tengo tiempo para ponerme a pensar en esas tonterías.
A pesar de que conocía su respuesta, él no pudo ocultar su cara de decepción.
El ambiente se puso tenso por un instante, hasta que una ráfaga de viento sacuidió el viejo árbol de hojas doradas. Algunas de ellas cayeron sobre su rostro somnoliento. Todavía sentado en el pasto húmedo, no dejaba de pensar en que debía haber arreglado las cosas.
Se tendría que haber sedado, él sabía que tendría que haberlo hecho.
-No me desafíes... no se mueren personas todo el tiempo...
Él soltó una gran carcajada...
El Juego Del Control
Querido Señor,
¿no quiere hundir
sus nudillos en mi pecho?.
Querido Señor,
¿por qué no coloca
sus dedos en mi mente
y acomoda mis pensamientos?.
Querido Señor,
¿cuándo dejará
que mi sangre
no siga sus rosales tiniendo?.
Querido Señor,
¿qué hará
cuando sus fieras
de mí no coman más?.
Querido Señor,
donde no cierra los ojos,
¿hay oscuridad?.
Querido Señor,
¿qué hará cuando su Dios
venga hacia acá?.
Querido Señor,
¿qué pasará
cuando el juego de asesinos
termine al final?.
Querido Señor,
mi respeto enferma
al no conocerlo.
Sus alas sueltan las plumas
que ésta vez,
sólo dejarán vencerlo.

Querido Señor,
es la hora de perder.

sábado, febrero 10, 2007

Caída Libre
Cierra los ojos
el eterno amanecer
que anochece.
Enceguece, ciego,
no intentes serlo más.
No me vuelvas más,
si no puedo decir, ciego,
dejate soñar, volar.
Cae el mismo cielo;
sentí el calor intenso,
la dulzura desgarrada,
el silencio.
Palidece, ciego,
no te sueltes siendo más,
no me quieras más.
Si tiemblo al reir, miedo,
dejate soñar y volá.
Ya no hay posesiones
en tu gracioso Valentín.
Desde la superficie del mar
yo caí, viví y morí.
Si pudiera decir...
Si pudiera ver...
Si pudiera respirar...
Otra vez
en caída libre.


No me vuelvas ciego...

sábado, febrero 03, 2007

Dejame Responderme


Suena una triste canción...

¿Alguna vez te pusiste a pensar que estás solo?. Nunca te diste cuenta de que toda la gente a tu alrededor no era más que una ilusión, más que el mísero reflejo de lo que vos pensabas que era. Que para todas esas personas no significás nada imprescindible. No sos más que alguien, tal vez, un poco especial. ¿Alguna vez deseaste desaparecer?. Quisiste exceder lo que tus límites te permitían. Hubo momentos en los que supiste que la línea de las posibilidades no estaba dibujada, más que por las creencias fijas y tontas de una sociedad llena de vagos recursos. ¿Alguna vez despertaste de la compañía, sintiéndote completamente desolado?. Porque en tu vida estás solo, en tus sueños estás solo, en tu alma, en tu ser, en vos, estás completamente abandonado. Mientras que esos muñecos de trapo solamente piensan en sus mundos plásticos y falsos. Mientras que el universo está quieto, las lágrimas caen. Sólo crece tristeza adentro tuyo, sólo podes intentar verte... Cuando desaparezca, no me busques, simplente habré decidido si estoy con los muñecos o con los titiriteros.

Y la canción termina y vuelve a empezar, hasta que el comienzo y el final ya no se distinguen. Ella se vuelve imperceptible, como todo lo demás.